9/1/14

Ya no había más tiempo para seguir durmiendo

Miércoles 9 de enero de 2013, 5:30 AM: la voz de tu mamá desde el living me despertó. Las contracciones empezaban, ya no había más tiempo para seguir durmiendo. Hicimos bien todos los deberes, esperamos un rato y llamamos a Marta -la partera- que nos hizo las preguntas de rigor y dijo que nos encontrábamos en la clínica en un par de horas. Antes de las 10 de la mañana, un mensaje de texto confirmó la reserva del taxi: “El móvil 403 patente IAG 617 arribará en 12 minutos.” Llegamos a la Suizo, le avisamos a Marta y nos sentamos a esperar a que nos venga a buscar. Nos hizo pasar a una habitación para revisar a tu mamá y confirmar lo que estábamos esperando: ya tenías ganas de nacer.

Miércoles 8 de enero de 2014, 11 AM: hace (casi) un año que saliste de la panza de mamá para llenarnos la vida -y el departamento- de risas, pañales, llantos y juguetes. Ahora estás durmiendo la siesta en la cama grande, mientras yo escribo sentado en el sillón y Rosi trabaja desde casa, (todavía) en camisón. Me tomé esta semana de vacaciones para cuidarte y además compartir con vos el día de tu primer cumpleaños.

Hace un tiempito ya que aprendiste a gatear, así que andás para todos lados esperando que alguno se distraiga para poder abrir todas las puertas que no te dejamos abrir. El no Charo se ha vuelto una constante de estos días. Ya te salieron seis dientes, te metiste muchas veces a la pileta y tomás la mamadera sola. Te encanta aplaudir y hacernos aplaudir a todos. Cuando estás chinchuda ponés cara de chanchito y si te hago burla te reís (me encanta que te rías). Cuando te reís se te hace un pocito en el cachete derecho (y en el otro no). Sos la nena más linda que existe en el mundo.

Jueves 9 de enero de 2014, 0:30 AM: se terminó el miércoles y ya empezó tu cumpleaños. Ayer a la tarde después dormir la siesta y tomar la leche, fuimos a la peluquería a que te pongan (todavía más) linda para los festejos que se vienen. Ahora vos y tu mamá duermen en la pieza mientras yo escribo en el living. La noche está hermosa y no hace tanto calor como un año atrás.

Hay algo que a veces me sorprende sobre mi -ya no tan nuevo- rol de padre: la ausencia de miedo y/o preocupación con la que vivo (y viví desde el momento que me enteré que ibas a venir) el día a día, la naturalidad con la que -siento- me dejo llevar por cada situación. Esto no quiere decir que hago todo bien ni nada por el estilo, sólo que simplemente no me resulta común entrar en estado de pánico o de “y ahora qué hago”. Estimo que deber ser algo positivo, al menos yo lo pienso así. Como si hubiese tenido guardadas en algún lugar de mi cabeza las instrucciones y el sólo hecho de que hayas nacido las hubiera desbloqueado.

Hace mucho que no escribía -casualmente lo último que publiqué es de cuando todavía estabas adentro de la panza- pero tenía ganas de regalarte algunas líneas en este día tan especial. Justo anoche hablábamos con Rosi sobre (todo) el trabajo que significa ser padres. Hoy se cumple un año desde el momento en que se acabó el tiempo para seguir durmiendo. Vos llegaste para revolucionar todo, hasta nuestra forma de sentir.

Feliz cumpleaños Chuleta, te quiero con todo mi corazón.