31/3/10

¿Un gran negocio?

Futbolísticamente, la frase hacer la pausa significa pisar la pelota y levantar la cabeza. Tiene que ver con un momento de reflexión en el que, en general, es el enganche del equipo el encargado de pensar en tiempos en los que el resto se dedica a correr. Bien, siguiendo con la analogía del control remoto, hoy les propongo poner Stop.

Si el Estado Argentino decide que es conveniente pagar 600 millones de pesos por temporada para poder transmitir los partidos de Primera División. Si en España los dos clubes más grandes (Real Madrid y Barcelona) se llevan 120 millones de euros por año en conceptos de derechos televisivos. Si entre el 1° de Agosto de 2007 y el 30 de Julio de 2008, en los clubes argentinos ingresaron alrededor de 183 millones de euros por transferencias (según informa el portal alemán transfermarkt.de, que compila las ventas de jugadores en todo el mundo). ¿Cómo es posible que sólo dos de los veinte clubes de Primera en Argentina tengan sus economías saneadas? ¿Cómo se explica que Real Madrid, uno de los clubes más poderosos del planeta, acumule una deuda de 683 millones de euros? ¿O acaso están equivocados los que dicen que el fútbol es un gran negocio?

Para encontrar respuestas y entender mejor los por qué, primero necesitamos un poco de información. En el mes de Julio del año pasado, la Asociación del Fútbol Argentino decidió suspender el inicio de los torneos de todas las categorías, hasta que las instituciones les pagasen los 40 millones de pesos que les debían a sus jugadores. Del ejercicio 2008/09, se desprende que los clubes de Primera División incrementaron sus pérdidas en 132 millones de pesos durante ese lapso, elevando el pasivo total a más de 997 millones. En el podio se encuentran: en primer lugar Boca (tiene el plantel más caro del país) con 135 millones, luego Independiente (acaba de reinaugurar su estadio) con 132 millones y los sigue de cerca River (casi el 90% de la deuda vence durante 2009/10) con 127 millones. Entre Junio y Diciembre de 2009, sólo cinco equipos - Lanús, Colón, Chacarita, Godoy Cruz y Racing - generaron ganancias. El resto siguió perdiendo capital.

Se sabe que el fútbol es un deporte que mueve cifras millonarias de dinero alrededor del globo. Los jugadores son cada vez más caros y en cada fin de temporada los diarios deportivos bien podrían contratar economistas para redactar sus artículos. Los grandes clubes de Europa acaparan (cada vez más peligrosamente desde el punto de vista del juego en sí) las figuras surgidas de las ligas más humildes. Exitosos empresarios desembolsan sumas exorbitantes de dinero para darse el gusto de ser dueños de un club. Y arriban con sus fortunas y la mira puesta en potenciar sus plantillas con la contratación de grandes estrellas. Si hacemos foco en nuestro país, podremos observar que los clubes se desprenden de sus jóvenes promesas casi antes de que lleguen a ser siquiera eso, promesas. Sus padres los dejan ir a muy temprana edad, con tal de cumplir el sueño de verlos jugar al lado de sus jugadores favoritos.

Otro bastión, que significa tal vez la mayor fuente de ingreso para las instituciones, es la televisión. En este mundo híper globalizado, en el que la información navega a través de las redes a una velocidad difícil de seguir, los derechos de televisación son un tesoro muy preciado. Sin ir más lejos, vale recordar el todavía latente duelo entre TSC y el Gobierno por los derechos de nuestro fútbol. En lo que terminó siendo un movimiento evidentemente más político que económico, el Estado se quedó con la posibilidad de explotar el “Fútbol para todos”. Hasta el momento la movida le significó un gasto más que un beneficio, debido a la falta de publicidad, pero eso quedará para otro análisis.

En España, por su parte, la situación tampoco es alentadora. Actualmente dos cadenas de televisión - Sogecable y Mediapro - se disputan los derechos de televisación en la llamada guerra del fútbol, cuyo último capítulo indica que la segunda deberá pagar una indemnización de 97 millones de euros debido a un incumplimiento del contrato firmado por ambas partes en 2006, además de ceder su porción de la torta. Mientras tanto el balón sigue rodando y a la ya mencionada deuda del Madrid, le podemos agregar que Valencia (tercero en cantidad de hinchas) debe más de 600 millones de euros, Atlético de Madrid acumula 300 y Deportivo La Coruña 120.

En Inglaterra, por citar otro ejemplo, el tema es también muy complejo: la deuda total de los clubes llega a los 3000 millones de libras (más de 3300 millones de euros), con Manchester United y Liverpool, los dos gigantes, como los principales deudores. Lamentablemente, el derroche es un mal que aqueja a este deporte a lo largo y ancho del planeta.

¿Está acaso en peligro el futuro de este hermoso juego? ¿Se puede seguir afirmando que el fútbol es un gran negocio con semejantes números en el haber? Si, sin duda que se puede. Lo que debemos preguntarnos es: ¿para quién? Para la televisión es claramente un buen negocio gracias a lo que se vende en publicidad, cómo se podrían entender sino las reiteradas disputas por los derechos. Y para los empresarios que compran/venden jugadores también sigue siendo un negocio rentable, basta con sólo mirar las sumas irrisorias que se pagan por ellos.


En nuestro país, Lanús parece ser el ejemplo a seguir, con un proyecto a largo plazo y una fuerte apuesta a sus divisiones inferiores, ha logrado tener un club saneado desde el punto de vista económico. Desde lo deportivo, también podemos citar los ejemplos de Vélez Sarsfield y Estudiantes de La Plata, con buenos réditos en el último tiempo. Sin embargo, no son más que un oasis en medio del desierto, la excepción que confirma la regla. Los malos manejos, el gasto desmedido y la absoluta carencia de un proyecto de aquí a más de seis meses, son las principales aristas de un modelo que ha consumido las economías de los clubes.

A pesar de todo y en medio de millones y millones de billetes, se encuentra el juego. El fútbol, ese deporte que nos deslumbra y apasiona desde las épocas del amateurismo, cuando no era más que eso: un juego. Con el tiempo, la bola de nieve no paró de crecer hasta convertirse en un negocio multimillonario. La Liga de Fútbol Profesional (España), mueve alrededor de 9000 millones de euros al año y nos ofrece en cada encuentro a los personajes más talentosos del planeta fútbol. De este lado del atlántico el espectáculo es cada vez más chato. Las diferencias entre ricos y pobres, en este aspecto, son cada vez más marcadas.

Si no se produce un cambio profundo y se continúa en este plan de despilfarrar hasta el dinero que no se tiene, los clubes seguirán incrementando sus deudas día tras día. Y es muy probable que los que terminemos pagando el precio más caro seamos los hinchas, que lo único que pedimos es que nos dejen seguir disfrutando de esta pasión. Mientras tanto, volvemos a apretar Play y que la pelota siga rodando, porque como decía Freddy, el show debe continuar.

24/3/10

NUNCA MÁS

Hoy me desperté escuchando por radio la historia de Francisco Madariaga Quintela, el nieto número 101 que recuperó su identidad tras 32 años, al encontrar a Abel, su padre biológico. Mientras escuchaba el relato, sentado solo en la cama, me puse a llorar. Eran lágrimas de alegría, de felicidad, y a la vez de bronca, de impotencia. “No tener identidad es como ser un fantasma”, dijo Francisco cuando le pidieron que les hablara a los que están en una situación como la que el vivió. Y luego agregó: “pero encontré una familia gigante, con amor y contención. Eso es lo que buscaba: para mí, es un regalo”. Escucharlos contar como es vivir juntos, sentir en sus palabras un inmenso sentimiento de alegría, no hace más que ratificar el dicho del hijo en el momento en que abrazó a su padre por primera vez: “No pudieron”.


Francisco también es hijo de Silvia Quintela, una médica y militante montonera que estaba embarazada de cuatro meses al momento de ser secuestrada, el 17 de Enero de 1977. Dio a luz en el centro de detención clandestino “El Campito”, en Campo de Mayo, antes de ser asesinada. Abel, el papá, debió exiliarse, primero en Suecia y luego en México. En 1983, con el regreso de la democracia se radicó nuevamente en Argentina y se incorporó a Abuelas de Plaza de Mayo. Luego de 27 años de trabajo, logró encontrar a su hijo. Lo primero que le pidió Francisco a su padre el día del encuentro, fue ver una foto de su mamá.


No puedo evitar pensar que estas historias de reencuentros, llenas de amor y alegría, son el recordatorio de que esas personas vivieron buena parte de su vida separados de sus familiares más cercanos. Y es la causa de este enorme mal, lo que me pone en la obligación de nunca dejar de reproducir este mensaje. Hoy hace 34 años comenzaba en Argentina, uno de los períodos más nefastos de nuestra historia. Durante más de 7 años los habitantes de este suelo vivieron envueltos en el miedo. Desde entonces, cargamos en nuestra espalada con más de treinta mil desaparecidos que perdieron su vida por hacer eso que tanto pregono desde este espacio: pensar.

“No estoy tranquilo mi amor, hoy es sábado a la noche y un amigo está en cana. Oh! Mi amor, desaparece el mundo...”, cantaba Charly desde su álbum Clics Modernos, publicado en 1983. “Los dinosaurios van a desaparecer”, pero es responsabilidad de todos nosotros que esta historia jamás se olvide. El dolor de los que ya no están, debe ser también nuestro dolor. Debemos preocuparnos por transmitirles a las próximas generaciones lo terrorífico que es vivir en Dictadura. Porque esa es la única forma de asegurarnos que un Nunca más es realmente posible. Propongo que el 24 de Marzo sea declarado día de duelo nacional. Es una obligación de todos nosotros, los argentinos, hacer memoria.

Para el final les dejo un poema de Mario Benedetti, intitulado: Desaparecidos.

Están en algún sitio / concertados
desconcertados / sordos,
buscándose / buscándonos
bloqueados por los signos y las dudas
contemplando las verjas de las plazas
los timbres de las puertas / las viejas azoteas
ordenando sus sueños, sus olvidos
quizá convalecientes de su muerte privada

nadie les ha explicado con certeza
si ya se fueron o si no
si son pancartas o temblores
sobrevivientes o responsos

ven pasar árboles y pájaros
e ignoran a qué sombra pertenecen

cuando empezaron a desaparecer
hace tres, cinco, siete ceremonias
a desaparecer como sin sangre
como sin rostro, y sin motivo
vieron por la ventana de su ausencia
lo que quedaba atrás / ese andamiaje
de abrazos cielo y humo

cuando empezaron a desaparecer
como el oasis en los espejismos
a desaparecer sin últimas palabras
tenían en sus manos los trocitos
de cosas que querían

están en algún sitio / nube o tumba
están en algún sitio / estoy seguro
allá en el sur del alma
es posible que hayan extraviado la brújula
y hoy, vaguen preguntando preguntando
dónde carajo queda el buen amor
porque vienen del odio.

http://www.abuelas.org.ar/
http://www.madres.org/
http://www.hijos.org.ar/